Como ya habíamos anunciado, el Gobierno de Rajoy confirma, en Londres, que «España ha puesto a disposición de las fuerzas americanas las bases de Morón y Rota» para combatir el yihadismo. Tal autorización requiere una reforma del convenio bilateral de Defensa y su ratificación en el Congreso.
El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha recalcado el pasado viernes la disposición de España a negociar con Estados Unidos que la base de Morón de la Frontera (Sevilla) se convierta en sede permanente del Mando para África que tiene el Pentágono, con la excusa de la lucha contra el yihadismo…
«España ha puesto a disposición de las fuerzas americanas las bases de Morón y Rota; vamos a enviar además a doscientos efectivos para la formación de las fuerzas armadas en Irak y hemos establecido una batería de misiles Patriot en Turquía», ha declarado el ministro en un encuentro con la prensa, recogido por la agencia Efe, tras asistir en Londres a una reunión de países miembros de la coalición internacional formada contra el grupo Estado Islámico (EI).
Esta decisión «supone que el Gobierno está dispuesto, a reserva del resultado de las negociaciones, a atender la petición que el secretario de Estado de Defensa, Chuck Hugel, formuló en diciembre pasado en una carta a su homólogo Pedro Morenés: convertir en definitiva la presencia, hasta ahora temporal, de una unidad de élite con 850 marines en la base sevillana y aumentar a varios miles la cifra de efectivos en caso de crisis».
El Gobierno no puede dar tal autorización, ya que requiere la reforma del convenio bilateral de Defensa firmado en 1988 y su posterior ratificación por parte del Parlamento. A diferencia de lo que supondría para Washington, para Madrid tiene categoría de tratado internacional.
Dado que la autorización vigente acaba el próximo 19 de abril y que según el rotativo del Grupo Prisa «es improbable que el trámite de reforma del convenio esté listo para esa fecha», el Gobierno ganará tiempo concediendo una nueva prórroga a los marines. «Ni Madrid ni Washington quieren, sin embargo, arriesgarse a que acabe la legislatura y ya no haya una mayoría parlamentaria tan favorable», zanjan.
La excusa de siempre: la lucha contra el terrorismo internacional
En declaraciones a los medios, el titular de Exteriores (de un gobierno que apoya a los terroristas en Siria) ha advertido de que el terrorismo yihadista «es una amenaza global» y ha afirmado que hay que «hacer un enorme esfuerzo para controlar el flujo de combatientes extranjeros». «Estamos todos amenazados», ha subrayado reconociendo que el asunto de los combatientes extranjeros (ciudadanos en su mayoría europeos que van a la luchar con el EI en países como Siria o Irak) «empieza a preocupar extraordinariamente», a raíz de los recientes atentados en Sidney, Canadá, Libia, Bélgica o París.
Ha asegurado que España «colabora muy estrechamente con Marruecos en el control de la frontera sur» y ha dicho que ha pedido a la Unión Europea (UE) «que se implique más» en la vigilancia de ese paso fronterizo. El ministro ha recalcado que los atentados son «impredecibles» pero ha asegurado que las fuerzas de seguridad del Estado español están muy pendientes «para minimizar los riesgos».
El EI declaró un califato en junio pasado en zonas del norte y centro de Siria e Irak que están bajo su control. El objetivo inmediato de la coalición «es (reconquistar la ciudad siria de) Alepo y recuperar terreno», precisó el ministro, que recordó la contribución del Gobierno español al esfuerzo militar. Lo que no deja de ser sorprendente, cuando la mayor parte de Alepo ya ha sido reconquistada por las fuerzas del Ejército Sirio.
Otro aspecto en el que los países de la coalición internacional se han comprometido a trabajar juntos es «en la batalla ideológica», que implica hacer esfuerzos para «deslegitimar una versión del islam que contradice las mismas esencias» de esta religión, ha dicho. Según García-Margallo, los islamistas tienen como objetivos prioritarios «los regímenes islámicos ‘heréticos’, regímenes ‘infieles’, como nosotros, y después el Estado de Israel».
La matraca de siempre para justificar una nueva cesión de soberanía.
Fuente: El Espía Digital
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