por Alexander Dugin – En la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Francia, Marin Le Pen y Emmanuel Macron van a la segunda ronda.
Esta es una situación muy interesante.
Pensamiento, crítica, movilización
por Sebastiano Caputo – En la última década, dos elementos han sido el pegamento entre polos opuestos de la política: la reivindicación de la soberanía nacional y el populismo como una nueva forma de consenso. El nacimiento o el éxito electoral de formaciones partidistas programadas para combatir el statu quo (atlantista y/o europeísta) ha logrado amenazar de repente el sistema de la elite pero sin ganar el duelo democrático.
por Alexis Kropotkine – En la estela del ataque contra el semanario humorístico francés Charlie Hebdo, una extraña circunstancia saca nuevamente a la luz una historia de hace 20 años. Claude Hermant, quien fuera entonces uno de los actores principales de las revelaciones sobre las actividades ilegales del DPS, en Francia y en el extranjero, se ve hoy encarcelado y acusado de tráfico de armas. Se sospecha que este individuo fue el proveedor de parte del armamento que poseía Amedy Coulibaly, el autor de la toma de rehenes realizada en una tienda de productos judíos mientras la policía francesa asediaba a los presuntos autores del ataque contra la redacción de Charlie-Hebdo. Claude Hermant, quien dirigía desde hace años una estructura paramilitar cercana a los círculos nacionalistas autónomos, ha declarado que el tráfico que hoy se le imputa contaba con la anuencia de las autoridades francesas y que tenía como objetivo garantizar que la Gendarmería francesa lograra infiltrar las redes criminales.
por Mario Noya – “No hay reinonas en el Frente Nacional”, dicen que decía Jean-Marie Le Pen en los años 90. Ya no lo dirá, siquiera sea para que no se le ría en la cara Sébastian Chenu, cofundador de GayLib y ex secretario general de la sarkoziana UMP, que ha abandonado al pequeño Nicolás por su hija, “su” de aquél, el ya más viejo que adiposo santón de la ultraderecha gala: “Marine Le Pen representa una suerte de absoluta libertad en un mundo político muy controlado, donde todo el mundo se parece”, se le declara este homosexual. “Ella ha llegado y agitado las cosas”. En cuanto al Frente Nacional, “es el único partido cuyo líder es una mujer y su segundo un gay”, deja además caer para generar desconcierto entre las fuerzas de mucho progreso.
por Scott Mc Connell* – Marine Le Pen ha montado el más amplio y exitoso partido antiinmigración y antiglobalización de Occidente, restando importancia a sus raíces racistas.
En un primer capítulo de la novela best seller de Michel Houllebecq, Soumission, un narrador lacónico, alienado, pero con éxito profesional (François, un experto escritor católico estilo Huysmans) explica su falta de interés por la política contemporánea francesa: «Un candidato de centro izquierda es elegido y gobierna durante una o dos legislaturas dependiendo de su grado de carisma.
En radical antagonismo a la reciente toma de posición «pro-israelí» de Aymeric Chauprade, consejero internacional de Marine Le Pen, y rompiendo con el Front National, Alain Soral ha decidido crear un nuevo partido político junto al cómico Dieudonné M’Bala M’Bala, que se llamará Reconciliation Nationale (Reconciliación Nacional).
Mientras Dieudonné no oculta que quiere responder «a los gusanos del Congreso Mundial Judío», «esta organización mafiosa y satanista», que ha hecho que el consejo de Estado «se doblegue», en favor de la prohibición de su espectáculo, Alain Soral ya anunció el 6 de septiembre su proyecto de «disociarse totalmente del Front National», y de «arreglárselas él sólo, en tanto que partido político» tras la bautizada como «traición Chauprade», esto es, la toma de posición «pro-Israel» del consejero internacional de Marine Le Pen este verano pasado.
por Alain Soral – ¡La cuestión de la relación Francia / Islam por fin tratada correctamente!
El posicionamiento político de Marine Le Pen es ideal para el FN.
La crítica del mundialismo, es la defensa de Francia.
La crítica del Islam radical, es la defensa de Francia.
Los franceses están exasperados por la violencia económica mundialista.
Ellos están exasperados por la arabización de Francia…
Marine da pues la impresión de querer salvar Francia, pero como Milosevic, que quería salvar la gran Serbia (en lugar de la Federación Yugoslava) ¿No se arriesga más, de hecho, a precipitarla hacia la guerra civil?
Y la guerra civil, ¿no es eso lo que significa el imperio mundialista, que prospera en todas partes, en Yugoslavia, en Líbano, en Irak … sobre las ruinas de las naciones?
Tal vez se trate de tu paradoja personal: desde hace tiempos inmemoriales siempre te has definido en favor de Europa. Pero los movimientos disidentes que te leen asiduamente optan, a menudo, por posturas más nacionalistas. ¿Cómo resolver esta ecuación con múltiples incógnitas, tanto más difícil de resolvercuanto que no siempre se sabe de qué Europa estamos hablando?
El principal reproche que se le puede hacer a la Unión Europa es haber desacreditado a Europa cuando las condiciones objetivas que abogan por una Europa políticamente unida son más apremiantes que nunca. Aunque considero que el soberanismo no lleva a ningún sitio, puesto que ningún Estado aislado está en condiciones de hacer frente a los actuales retos planetarios, empezando por el control del sistema financiero, comprendo muy bien las críticas que los soberanistas vierten contra la Unión Europea.
por Luis Rivas – Marine Le Pen y su padre, Jean-Marie, han tomado los mandos de la segunda locomotora europea, pero para dirigir el tren desde el vagón de cola y acelerar en dirección contraria a la conductora alemana. Las mesas de debate de las televisiones francesas eran anoche niágaras de lagrimones vertidos por los representantes políticos del establishment -derecha, centro, izquierda y extrema izquierda- que no encontraban nuevos argumentos para explicar lo que se veía venir desde el lepenazo de 2002, cuando el ogro Le Pen eliminó al socialista Lionel Jospin en la primera vuelta de las presidenciales.
Antes y después de esa fecha, esos mismos representantes de la “elite”, como dicen los Le Pen, acompañados en los coros por la prensa bienpensante y experta en la política del avestruz, encontraba un arma contra el FN: el vituperio y la descalificación no sólo de sus líderes -perfectamente lícito- sino, más grave, insulto y desprecio a sus votantes.
Se trata de una metamorfosis de gran calado social, político y cultural: parte de los antiguos electorados socialistas y comunistas están girando a la extrema derecha, consumando una ruptura entre el Partido Socialista (PS) y el electorado obrero.
Todos los sondeos y estudios sociológicos confirman la misma tendencia: la histórica ascensión electoral del Frente Nacional (FN, extrema derecha) coincide con un hundimiento sin precedentes del electorado del PS, confirmando la metamorfosis social y cultural que está produciéndose en el paisaje político francés.
Numerosos filósofos y analistas llevan años confirmando esta sentencia de Michel Onfray, uno de los filósofos más populares e influyentes de Francia: «La izquierda francesa ha dejado de representar a los obreros». Todos los análisis sociológicos, desde hace más de un año, confirman las mismas tendencias: desde hace años, un 30 % de los obreros franceses votan sistemáticamente, al FN, convertido en primer partido obrero de Francia. Al mismo tiempo, musulmanes y negros franceses (entre 5 y 6 millones, los primeros; entre 2 y 3 millones los segundos), prefieren votar a los partidos de izquierda o extrema izquierda…
Consecuencia de tal evolución del tejido social y cultural: el ya célebre sondeo del Nouvel Observateur (socialdemócrata) anuncia que el FN se ha convertido provisionalmente en el primer partido de Francia, con un 24 % de intenciones de voto en las elecciones europeas del mayo próximo. El mismo sondeo anuncia una caída igualmente histórica del PS, que retrocede a un humillante tercer puesto, con un 19 % de intenciones de voto. La derecha moderada de la UMP pierde terreno, pero se mantiene en un digno segundo puesto, con un 22 por ciento de intenciones de voto.